La derrota de la Revolución (1816-1820). El exilio de Artigas.
El
9 de julio de
1816 se declaró en el
Congreso de Tucumán la independencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata, pero en el mismo, con excepción de
Córdoba, no fueron representadas las provincias pertenecientes a la
Liga de los Pueblos Libres.
El constante crecimiento de influencia y prestigio de la
Liga Federal atemorizó tanto a los unitarios de
Buenos Aires y
Montevideo como al
Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. En agosto de
1816 numerosas tropas luso-brasileñas invadieron la
Provincia Oriental, con la complicidad tácita de los
unitarios que se habían fortalecido en
Buenos Aires y del embajador porteño en
Río de Janeiro. Con la intención de destruir al caudillo y su revolución, las tropas luso-brasileñas atacaron por tierra y mar. Junto a Artigas, participaron en la defensa de su provincia sus lugartenientes:
Juan Antonio Lavalleja,
Fernando Otorgués,
Andrés Latorre,
Manuel Oribe, el misionero
Andrés Guazurary, apodado "el indio Andresito". En cuanto a
Fructuoso Rivera, éste traicionó a Artigas pasando a servir a los portugueses y brasileños. Poco tiempo después el mismo
Fructuoso Rivera entraría junto a los montevideanos del "
Club del Barón" a conspirar para dar muerte a Artigas.
Debido a su superioridad numérica y material, las fuerzas luso-brasileñas al mando de
Carlos Federico Lecor vencieron a Artigas y sus lugartenientes y ocuparon
Montevideo el 20 de enero de
1817, aunque la lucha continuó por tres años en el medio rural.
Indignado por la pasividad de los
unitarios instalados en
Buenos Aires, Artigas les declaró la guerra, al tiempo que enfrentó a los luso-braileños con ejércitos que se vieron diezmados por sucesivas derrotas.
Después de tres años y medio de resistencia, la
batalla de Tacuarembó, de enero de
1820 significó la derrota definitiva de Artigas, que debió abandonar el territorio oriental, al que ya no volvería. Varios de sus lugartenientes cayeron prisioneros o abandonaron la lucha.
Fructuoso Rivera, por su parte, se pasó al ejército brasileño de ocupación.
Conflicto con Ramírez
Casi al mismo tiempo, los integrantes de la
Liga Federal,
Francisco Ramírez, gobernador de
Entre Ríos, y
Estanislao López, gobernador de
Santa Fe, lograron finalmente la victoria sobre los
unitarios. La
Batalla de Cepeda forzó la caída del Directorio. Pero la esperanza duró poco, ya que ambos caudillos, al saber del casi aniquilamiento de las tropas de Artigas, entraron en acuerdos con el nuevo gobernador porteño,
Manuel de Sarratea, firmando con él el
Tratado del Pilar. Aunque tal tratado consideraba pedir su aprobación a Artigas, el héroe oriental se consideró afrentado al no haber sido consultado por los suscriptores del tratado.
Después de la
batalla de Tacuarembó, Artigas se instaló en
Entre Ríos, donde entró en serios conflictos con
Francisco Ramírez, quien no aceptó la hegemonía del caudillo oriental en su provincia. Con apoyo del gobierno porteño,
Ramírez inició una campaña contra Artigas. Fue derrotado en una pequeña batalla, pero logró derrotarlo en la
batalla de Las Tunas, cerca de
Paraná.
Ramírez persiguió a Artigas hacia
Corrientes, donde éste contó aún con el apoyo del jefe guaraní
Francisco Javier Sití. Pero la victoria fue, en definitiva, para
Ramírez.
De 1820 a 1850: el exilio en Paraguay
Rodeado por todos lados por los lugartenientes de
Ramírez y viendo su causa definitivamente perdida, el
5 de septiembre de 1820, Artigas cruzó el
río Paraná hacia el exilio en
Paraguay, dejando atrás su patria y su familia. La separación dejó un profundo dolor en el alma de su esposa Melchora, que se sintió traicionada y presa del deshonor, y seguramente vivió llena de amargura el resto de su vida.
Artigas en su ancianidad, por Alfred Demersey. Es el único retrato auténtico del general, aunque muy posterior a su actuación pública. Posiblemente en éste se inspiró
Blanes para sus retratos de Artigas.
El dictador paraguayo
Gaspar Rodríguez de Francia le dio refugio, pero cuidó que no conservara ninguna influencia política, ni mantuviera correspondencia con nadie fuera del Paraguay. Su único acompañante durante el resto de su vida fue el
Negro Ansina.
La campaña de los
Treinta y Tres Orientales inició la liberación de su provincia del
Imperio del Brasil en
1825. Pero la complicada
guerra del Brasil y las intromisiones diplomáticas de
Gran Bretaña, sumada a las sucesivas desilusiones de los orientales con los gobiernos porteños, llevaron a la independencia del
Estado Oriental del Uruguay en
1828, en la cual Artigas nunca participó.
Confinado a la lejana e inhóspita Villa de
San Isidro Labrador de Curuguaty, allí vivió cultivando la tierra hasta la muerte de Gaspar Rodríguez de Francia y no causó problema alguno a las autoridades paraguayas. Fue en esta localidad donde Artigas conoció hacia el año
1825 a Clara Goméz Alonso, quien sería su compañera hasta la muerte; de esta unión nacería en
1827 Juan Simeón, el último de su larga prole y que llegaría a ser Teniente Coronel en Paraguay, hombre de confianza del Mariscal
Francisco Solano López.
[6]
No obstante su pasividad en el exilio, por mera precaución, fue arrestado algunas semanas después de la muerte del dictador, ocurrida el (
20 de septiembre de
1840). El nuevo gobierno de
Carlos Antonio López, primer Presidente Constitucional del Paraguay lo trasladó a
Asunción, donde disfrutó de su plácida ancianidad en el barrio asunceño de Trinidad, residiendo en la propia quinta del Presidente de la República, rodeado del afecto de los paraguayos. Allí falleció, diez años después, el
23 de septiembre de
1850, a los 86 años de edad.
¡Mi caballo! ¡Tráiganme mi caballo![17] Últimas palabras de José Gervasio Artigas. Los paraguayos y
guaraníes misionenses lo llamaban
Karay Guazú (gran señor), título que sólo le dieron aparte de a Artigas, a Gaspar Rodríguez de Francia y
Francisco Solano López. Por otra parte, el historiador Gonzalo Abella recoge el apodo
Oberavá Karay (señor que resplandece), título con que los guaraníes de la zona de Curuguaty se referían a Artigas.
[1]
Testimonio de su larga estadía en el Paraguay son una escuela pública y un árbol de
ibirapitá.
[18
Fuente:es.wikipedia.org/wiki/José_Gervasio_Artigas